Perdóname Dios por no haber sido la mesera del restorant que se para en la puerta del local a mirar las borrachadas proletarias
Por no haber sido policía de investigaciones
Por haber escrito con faltas de mortografía
Por haber apoyado guerra, paros y saqueos.
Por no haber respetado a mi jefe inferior
Por escribir
Por hablar
Por matarme poco a poco con mis propias manos.
Por no ser el peluquero por no ser el lustrabotas todo mojado en invierno
Por no ser el paraguas abierto dentro de la casa
Por no ser la mandíbula de abajo
Por no ser el caballo fletero
Por no estar al tanto de las guías turísticas
Por dar mal la dirección
Por no llenar formularios
Perdóname por escribir y amarla
Por la manera de acabar los libros sin leerlos hoja por hoja.
Por haber confiado en la desconfianza en el miedo y la angustia
Por haber ignorado tus poderes
Por sentir que la vida no se sentía
Por se paradójico y contradictorio
Por escribir leer y pensar leseras puras
Por no ser feminista ni machista
Por ser inteligente y no pillo
Sagaz
Por dudar de mi de ella y ellos y sobre todo de nosotros.
Ninguna palabra alcanza tanto remezón como cuando pedimos perdón y pensamos que nos están perdonando solo por pedirlo.
Ahora sí que siento que la gota de semen que me queda se va a pique.
Y por las mujeres que pasa con las mujeres que no se fijan en mi y si en mi mente
Te pido perdón Dios
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