Como la historia del soldado que se encuentra con la muerte en el desvío de un mercado, y cree verle hacer un gesto amenazador hacia él. Corre al palacio del rey a pedirle su mejor caballo para huir de la muerte durante la noche, lejos, muy lejos, hasta Samarkande. Con motivo de ello el rey convoca a la muerte al palacio para reprocharle que espante de ese modo a uno de sus mejores servidores. Pero ésta le contesta asombrada: “No he querido causarle miedo. Era solamente un gesto de sorpresa, al ver aquí a ese soldado, cuando teníamos cita a partir de mañana en Samarkande.”
Jean Baudrillard, De la seducción, trad. Elena Benarroch, Cátedra, Madrid, 1989, p.9. En:
Cristobal Holzapfel. A la búsqueda del sentido, Editorial Sudamericana, Chile, 2005, p. 188.
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