anoche Dios soño conmigo.
Fui la paja en su ojo
zumbé en sus santas narices
o pulga en el oído.
Y Dios con bendita paciencia
dormía el sueño de los justos
mientras yo me develaba por despertar,
antes que Él pestañara
mueva un dedo
o de un solo soplido.
Memorías de un condenado a amante.
Floridor Pérez
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