La palabra en el autor mencionado aparece distorsionada, alterada, convulsa.
Es la inevitable sensación de querer decir a través de palabras traicioneras y confundidoras, y no poder decirlo.
Una angustia amorosa, que se teranforma en una angustia verbal.
Sale lentamente el poeta de su agonía, para entrar a la muerte, esa tanatología inevitable de quien sabe que la muerte y el amor no son temas comprensibles.
Felicitaciones nuevamente al poeta Roa
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