Fue muy ameno el encuentro playero entre los amigos, conocidos y otros. El entorno estaba rodeado de otras personas que se deleitaban con el oleaje, el calor del sol, la arena, la brisa y el vuelo continuo de las distintas aves litorales de La costa de la bahia de Quintin.
La vida era más cómoda entre palabras bien pensadas para la ocasión.
Si el mar no es un poema entonces porque tantos versos transformados en olas
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