miércoles, 18 de julio de 2007

cambio de sentido

Cambio de sentido
Los letreros para pasajeros y para callejeros, me hacen leer la historia de Chile. Nombres de patriotas, civiles y militares, nombres de lugares donde, o por la razón o la fuerza, hacemos la nación. Nombres de la flor y del árbol.

Pero, un cambio de ánimo me hace cambiar, cerrando los ojos, esas letras y digito en pantallas electrónicas del metro, nombres del nuevo Chile. Consumistas, mall, Falabella, parís, 11 de septiembre. Cecilia Bolocco. Salvador Allende, Gladys Marín, Augusto Pinochet, Michelle Bachelet.






































La ley de la tiza.
El Ministerio Transportes ha autorizado a que las tarifas escolares se pondrán escribir con tiza roja. Esta medida obedece a lo fluctuante del valor del pasaje de los estudiantes chilenos.

Todas las demás tarifas deben ser escritas siguiente la normativa general de impresión con pintura amarilla, azul y en sobre un fondo blanco.

Llama la atención que los letreros de las micros rurales no están contempladas en esta normativa, pues hoy en día el campesino sabe leer.





































La ida y la vuelta de la micro.

Aburrido de leer el diario lo cierro y desde la ventana de mi asiento, empiezo a tratar de adivinar la micro que aparecerá en dirección contraria. La que aparece es del mismo recorrido de la mía, pero va vacía y su letrero empieza con Mall Alto Las Condes y termina con Pudahuel. En el letrero en la que yo voy empieza con Pudahuel y termina con Mall Alto Las Condes y claro, no va llena sino repleta, hasta su escalinatas. Son las seis de la mañana y los obreros aún duermen antes de empezar sus faenas en los edificios del barrio alto.

Es mejor seguir leyendo el diario. Cambio de página, doy vuelta la hoja, invierto la escritura de la página que pasé, y la que estaba al reverso se vuelve y leo de izquierda a derecha, que la locomoción colectiva va subir, entonces voy en la dirección correcta y la noticia me parece tan actual, tan del momento como si, en vez de ir en la micro, fuera en el diario.
































Paraderos autorizados
“Avise su paradero con anticipación este bus solo se detiene en paraderos autorizados”…Y pienso tras leer este aviso autorizados por quién, desde cuándo, pues nadie firma esto que no sé si es ley, decreto o norma. Y por otro lado, me pregunto si se detiene en los semáforos en luz roja o en las esquinas con señales de pare o ceda el paso o lo que es peor irá a para si se le cruza un perro o un peatón incivilizado.

Llego a mi destino y le pido al chofer con tono solícito si este paradero está dentro de los autorizados para descender. Pero que hará la excepción porque no hay ningún carabinero.






































La calle se calla.
Un lanza agarró la cartera de la señora cuando se subían a la micro. Los ojos de los pasajeros y de los transeúntes quedaron congelados mientras la señora caían al piso de la impresión y el ladrón caían herido de muerte bajo las ruedas de una micro que iba adelantando a otra para ganarle los pasajeros.

La señora fue ayudada por la gente y el ladrón reventado fue llevado por una ambulancia escoltada por carabineros. El chofer que adelantaba, fue llevado detenido. Tras todo esto, el orden volvió a su normalidad. Bocinazos, tubos de escape humeantes, lanzas y pasajeros entre las nubes sintéticas de la ciudad se descongelaban civilizadamente.





































Se abrirán las grandes alamedas
Se abrirán las grandes alamedas sin hoyos, sin grietas, sin derrumbes, sin contaminación, sin restricción.

Se abrirán las grandes alamedas por donde pasen los nuevos buses verdes del Trans Santiago, sentados leyendo en pantallas electrónicas las crónicas globalizadas de Ministerio de propaganda caminera.








































Lectura veloz
La micro venía echando carreras, cuando la ví, supe, por el color y el recorrido, que era la que me servía para ir a la calle Colón, pero no alcancé a leer el letrero que decía Pedro Montt. Me recordó la prueba de historia, en la que me preguntaron quién fue el presidente de Chile entre 1906 y 1910 y, respondí, Cristóbal Colón.










































Letreros con rima consonante
Un grafista de letreros de micro ignorando la lógica del trazado urbano, y reconociendo en Valparaíso su calidad de ciudad poética, hizo rimar los nombres en los letreros de algunos recorridos porteños. Letreros como el que aquí podemos leer, hicieron que las micros dieran un recorrido largísimo y nadie subiera y, otras veces, la micro iba llena y de solo dos o tres cuadras era su trayectoria.
RODOVIARIO
CONGRESO
CEMENTERIO
V. PROGRESO
SANATORIO

La gastada ruta, es decir, la rutina salió por varios días de la vida de los pasajeros porteños. El ingenio y la inspiración hicieron nuevos trazados, nuevas vistas, nuevos tiempos, nuevos espacios, nuevos nexos, nuevas miradas.
































Desvío de tránsito

El letrero de O decía Paseo 21 de mayo, así me subí, al llegar a la Plaza Sotomayor, nos desviaron hacia el muelle Prat, mientras esperábamos que pasara el desfile. Esperamos 1 hora.
La próxima vez que vaya a Valparaíso miraré el calendario, pues si es 21 de mayo iré a pasear.








































Letrero de urgencia
el bus 10, de los buses Placilla, línea 15, es una mezcla de farmacia y micro pues su letrero dice
COLON (y no colón)
HOSPITAL VAN BUREN
POSTA INFANTIL
ESCUELA DE MEDICINA
CONGRESO







































No le dio ni boleto
Cuando subió la universitaria el chofer le pidió el pase escolar, la muchacha le dijo que aún no se lo entregaban en la universidad, y que no tenía más monedas, que la que la tarifa escolar exigía. Una señora que estaba sentada adelante, se compadeció de la afligida universitaria y le dio el resto de dinero que le faltaba. El conductor pese a que estaba más compuesto, le dijo a la joven que no fuera patuda y le exigió que se bajara de la micro. Es decir, no le dio ni boleto a la señora.








































El repuesto de la micro.
La micro se detuvo en la esquina de Amanda Labarca con Valentín Letelier que quedan en el sector de barrio chino, para que una joven muy bonita se subiera. Con una sonrisa el chofer recibió el dinero del pasaje que pagaba la niña de atractiva figura. Pero, al ver que pagaba escolar, mientras le mostraba el pase escolar, el chofer cambió de color su rostro y su mirada se transformó de lasciva a inquisidora, pues según sus conocimientos del reglamento, la vigencia del documento de la estudiante solo era válido hasta las 000:30 hrs. Y eran las 03:00 hrs.

La nocturna muchachilla sabía que solo un movimiento de sus maquillados ojos azules sacarían al chofer de su agresiva actitud. El ahora repuesto de la micro, siguió conduciendo mientras la jovencita de reojo, lo seguía manteniendo repuestito.



































La subida es por delante y la bajada es por atrás.
La viejita debió bajar por atrás, pese a que le insistió al chofer que da miedo bajar por la puerta de atrás de la micro. Uno de los pasajeros, se paró y le ayudó a bajar, para que la disposición del micrero se respetara, en esta ocasión.

Ese mismo pasajero bajaría muy apurado, en el próximo paradero, votando a una anciana que con muletas subía a la micro.








































Fuera de servicio
Feliz vi como la micro naranja se acercaba al paradero donde la esperaba, pero la falta de número en el letrero me hizo sospechar que iba fuera de servicio, de todos modos confiado levanté el brazo e hice el ademán de querer subir mientras la micro estaba detenida esperando el cambio de luz en el semáforo, el chofer despegó su vista de la luz roja y giró su cuello para expresar una mirar desaprobatoria. Como iba atrasado, insistí con mi cuello y mis ojos humildemente inclinados para rogarle que abriera la puerta, pues iba solo fuera de servicio y no fuera de recorrido, por lo tanto, podía dejarme a lo menos cerca de mi lugar de trabajo. El chofer apretó en neutro el acelerador y eso logró finiquitar nuestra conversación visual. Giró su cuello para ver si ya estaba la luz verde, pero no vio más que un letrero que decía fuera de servicio que recién un obrero había colgado.




































Fuera de recorrido
El letrero “fuera de recorrido” de la micro me dejó pensando que aun me servía , pues no decía fuera de servicio. Así que la hice parar y aunque no abrió la puerta, el chofer con un tono desagrablemente discriminador me gritó “acaso no sabe leer” , ahí estuvo la respuesta que escribí más arriba, sin embargo no fue suficiente para transformar la ira del conductor, más bien despertó toda su creativa destrucción verbal y me lanzó una demoledora locomotora de garabatos que podría reproducir en partes muy reducidas por lo que no vale la pena hacerlo. Ahora bien, no habrá dicho “fuera de corrido” en vez de recorrido o quizá el pleonástico aviso “fuera los corridos”. En fin, sigo sin entender en la micro que venía más atrás.





































Viajes especiales

“Viajes especiales, consulte al chofer o llame al 3145676750”
Hablé con el chofer para consultarle con más detalle acerca de tarifas, distancias y tipo de bus. Me dijo que dependía del tiempo que se ocupara principalmente. Si hacía viajes especiales no podía ganar dinero en viajes ordinarios, y creo que sacó la cuenta proporcionalmente por boletos no cortados en esos días que por ejemplo se hace un viaje especial al extremo sur o norte del país de tres o cuatro días ida y regreso. Y aunque el viaje iba hacer pagado por cuarenta mujeres de una misma empresa, salía más barato pagar el pasaje en un bus interprovincial, así que junto con el viaje, el precio del servicio de transporte también era especial, cosa que no aparecía en el letrero.




































La micro venía con gente hasta la pisadera
La micrera
El micrero
La cromi
Los microbuseros
Góndola liebre micro bus a através de Santiago o algo así
Atentados contra la micro








































La escritura pasajera
Siempre me bajo por delante, por la puerta en que el chofer me puede ver mejor mientras deciendo. Me siento más visble. Pero esta vez me fue añ fondo del bus. Apreté el timbre una cuadra antes del lugar en donde pensé bajaría, porque la maquina no la hizo para el chofer. El timbre estaba malo y el chofer siguió de largo, inmediatamente, avancé hacia el chofer y le dije “le toqué el timbre pero esta malo” y agregué, “ si suben el pasaje de la micro, entonces inviertan dinero el mejorar el servicio” y raudo y contestó “ no soy yo el dueño de la micro , nosotros no tenemos nada que ver con el pasaje de la micro”, Callado y molesto bajé antes que alguna de mis piernas quedara engancha en la puerta de la micro que el chofer hizo avanzar rápidamente apenas ninguna parte de mi cuerpo tocaba ese peligroso e inseguro vehículo.

De todo esta anécdota solo servirá quizá para agregar un nuevo elemento implícito a la escritura pasajera siguiente “baje por atrás”, (pero asegúrese de que el timbre esté bueno). O el otro cartel que indica “la bajada es por atrás” (siempre y cuando el timbre funcione).



Hasta aquí llega el sentido del recorrido de ahora en adelante, las cosas cambian de lo referente a lo referido.

Los poetas se van para las profundidades de la luz y brillan por su ausencia.
Aquí comienza el manifiesto poético número dos de mi trayectoria lingüístico poético didáctica.

Manifiesto mi deseo de extirparme, mutilarme los aborrecidos malos momentos de soledad científica, racional, catatónica. Espásmica.




















MANIFIESTO
No soy lo que soy
No tengo lo que tengo
No escribo, sino dibujos
Me maldigo escribiendo correctamente
Me dejo llevar por las corrientes de aire y de aguas y de vientos cuando no soy.
Por las corrientes lingüísticas, pero no poéticas.








































POLÍTICA POÉTICA DE LA POLÍTICA LINGÜÍSTICA.

Ninguno, no, nada, cero, atrás sin haber avanzado siquiera. Solo lo contrario, avanza la política, se calla la poesía y la lingüística reestructura su estructura.

Mientras tanto la voz cae de valor en la bolsa oscura, negra como el mercado

La política de mercado entonces algo tendrá que decirnos respecto de los temas planteados.

Vamos, cambiémonos de edificio vamos a preguntar por esto a aquellos.
Así es la lingüística cuando se une con la poesía.
¿Así cómo?
Abierta a los avatares de la administración central.

Cuando se cierra carece de ley pasa a ser hereje. Profética No!
































Los precios del pan

Como se dice pan tostado o tuestado
Depende del precio, si uno vale más barato entonces ese es tuestado.
Así la agente más pobre puede entender que tipo de pan se trata.
Es decir, entender cual es más barato. Esto significa que no sabe o conoce tampoco los números, me entiendes, no porque yo compro pan tuestado, y no te entendo.








































El almacén de la esquina.
Ahora en las esquinas en el interiores de las cuadras los almacenes han proliferado.
Sus letreros anuncian muchos productos de primera necesidad de última hora.
Pan, mermeladas, todo se fía, todo se deja al lápiz.
Ya no existen esos almacenes que tenía prohibido fiar porque nadie pagaba o pagaba tarde o mal. En fin, ya ni los almaceneros son desconfiados. Todos viven del fiado.
No señor Dr. lingüística, lo que la frase del cartel no termina allí esa es solo la primera parte, lo que sigue es : “mañana sí”, no!, mañana tampoco. Entonces cuando?.

Cuando aparezcan los supermercados. Y así no más fue.





































Al pez lo mata la boca

Al pez lo mata la boca
Al pez lo mata la boca salió gritando el pez
Sin sentido, sin cordura, sin lógica el pez estaba salvado de la muerte.
Pero moría en otro sentido en le sentido de las palabras que lo harían agonizar.
Pero si su boca movía los labios, los labios se engancharían en cualquier y simple anzuelo.
Ya le había pasado pero una abogada lo sacó. Tras posterior pago de cotas.

Pobre pez, y fue lingüista, y fue poeta y fue loco y fue de mar a mar de bote en bote
De red en red. De anzuelo en anzuelo.

No ya podía más solo mantener unidas sus escamas sus aletas y sus ojos todo lo demás era fantasía circunstancial del entorno que lo fondeaba.

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