miércoles, 18 de julio de 2007

El exilio del pez

EL EXILIO DEL PEZ
Para vivir hay que pactar con la muerte. Querer la eternidad es odiar o temer a la mortalidad.

He denominado así este artículo para simbolizar el exilio, pues es en ese momento cuando la vida del hombre se vuelve lo que realmente es, un viaje por agua, por mar diría el poeta. Del exilio no se puede hablar solo de un hecho político sino de un hecho de valor y connotación sociocultural

La acción de mandar personas al extranjero como castigo por la imposibilidad de hacer confesiones ante el poder. Porque saben que esas personas no reconocerán el error cometido y por lo que se les ha decidido exiliarlos. Este mandato extralegal se ejecuta en períodos de crisis de la política civil la que repercute a su vez en el poder militar. Haciendo que estos intervengan con la fuerza para superar ese momento de máxima tensión social.

Cuando todas y muchas voces hablan a la vez y se tratan de imponer unas a otras con la fuerza del tono, más que razón, expresan sentimiento y pasión. Esto implica también que el exilio se aplica frecuentemente a grupos de personas que pertenecen a sectores amplios y participativos de la comunidad respectiva. Pero también ocurre en un solo individuo, en un miembro de la comunidad.

No hablaremos del exilio político como fenómeno de los derechos humanos, sí no como fenómeno sociocultural, es decir, un exilio que excluye la connotación política. Dentro de las posibilidades discursivas, nos interesa conocer el valor social que tiene el exilio y cuales son sus fundamentos culturales.

El concepto de valor social lo entendemos como los contenidos referidos a elementos relevantes del grupo o comunidad, por ejemplo es relevante la expulsión, el rechazo y la salvación. Por otro lado, sus fundamentos culturales son los que dicen relación con las causas que motivan, justifican, toleran y aplican el exilio. Todo esto quiere decir que el exilio es un símbolo social que representa la expulsión para la salvación.

¿Desde cuándo existe el exilio y quiénes lo aplican, cuáles son sus modalidades? al buscar respuesta a estas preguntas encontraremos los conceptos que nos permitan explicar el exilio.

¿De dónde nace?

No sé exactamente sus orígenes, no tengo certeza y seguridad plena, pero si sé que para que ocurra exilio tiene que existir rechazo o deseo de expulsión, por lo tanto debe existir un motivo para ello. Alguien hizo una acción que molestó al otro. Pudo haber sido si se quiere una mentira, un robo, etc.

Por supuesto que, nuestro antecedente más antiguo y simbólico es el exilio o diáspora judía. La Biblia enumera varios casos y explica las causas respectivas. El primero de ellos fue la expulsión del Paraíso de Adán y Eva. El hecho de comer del fruto del árbol de la sabiduría que les abriría los ojos y podrían entonces distinguir el bien del mal, fue la causa por la cual hoy aún vivimos exiliados del Paraíso.

Aunque, el gran paraíso es el mar dentro del vientre materno. Esa es una de nuestras primeras expulsiones físicas probables, registrables. Llegamos a él traídos por los vientos siderales, seguramente donde está la esencia del primer ser del exilio. Es uno de nuestros primeros exilios, un exilio de piel, un exilio de sangre, de cuerpo, un exilio de voz, un exilio de luz, un exilio del ser.


¿Quiénes lo aplicaron?

Como se sabe en los pueblos más antiguos ya existía la expulsión de los grupos de sus territorios por diversas causas, una de las principales era la adhesión de los territorios ocupados. Podía ser por recuperación o usurpación e invasión. Sería largo de enumerar en donde se aplica, así que no daré más que dos ejemplos, el exilio chileno y el exilio sanfelipeño el uno, grupal y el otro, individual.

El caso del exilio chileno ha tenido relevancia porque se ha aplicado a nuestros padres cívicomilitares. Y también porque el exilio pesa en las espaldas de quienes han contribuido de una u otra forma a mejorar los destinos de Chile, y sin embargo, se les expulsa porque se piensa todo lo contrario respecto de sus propuestas.

En el caso de mi exilio diré que se trata de un exilio diario de tres veces a la semana en la que debo permanecer a lo menos ocho horas fuera de la ciudad de Valparaíso. Las causas en este caso aun no las tengo claras pero mi instinto me dice que es por mi boca, pues por la boca es exiliado el pez, por la boca es que el pez es expulsado del mar. Esa boca por la cual a mí me exilian es la boca que masticó el alga de la sabiduría y supo distinguir el bien del mal y según yo elegí el bien y según ellos fue una mala elección.

En definitiva, el exilio se aplica en las comunidades donde se cree y se valora el bien y el mal. La maldad debe ser expulsada para hacer que el bien permanezca. Lo malo se excluye el bien se conserva. Los que se quedan son los buenos, los que se van son los malos. Es decir, los buenos aplican el exilio a los malos y no al revés.

¿Cuáles son sus modalidades de exilio?

Las modalidades se distinguen según los siguientes criterios:
a) el número de personas involucradas, así tenemos exilios individuales y grupales
b) Las causas: políticas, sociales, laborales, sentimentales.


El exilio es el mandato que ejercen los buenos sobre los malos para que estos salgan de un lugar en el que permanecerán los buenos reparando lo hecho por los expulsados. Al parecer con el exilio se quiere lograr que el malo sea bueno y el bueno malo, porque el exilio elimina a la persona del territorio y no a la persona. Las más de las veces los exiliados pueden volver vivos al lugar desde donde salieron e incluso algunos vuelven a sus antiguas y añoradas casas. Y claro, al volver encuentran un país distinto, una comunidad distinta, una aldea diferente, una calle con aires renovados. Y siempre es algo mejor que peor con lo que se encuentran los exiliados.
En mis madrugadoras salidas exiliares el mar está muerto, pero cuando regreso perece energía cósmica. Cuando pienso en el puerto estando en San Felipe lo veo más hermoso y recuerdo que siempre que regreso está cada vez más hermoso y así casi su hermosura llega hasta San Felipe. Que también es hermosa ciudad, pero no es mi paraíso en donde me podría sentir bien o mal.

Los exiliados serán llamados una vez vuelto a su paraíso, retornados, víctimas de los derechos humanos, ex combatientes, becados, reciclados, que dan cuenta de la visión social y visión de mundo de la comunidad respectiva y, por otro lado, la diversidad de nombre revela que el hecho es social y culturalmente relevante y trascendental porque es frecuente que "cuanta mayor importancia política o histórica tiene un problema concreto, mayor es su caudal léxico" (SANTIAGO GUERVÓS, JAVIER DE, El léxico político en la transición española, Universidad de Salamanca, 1992).

Unas de las tantas expresiones del diario vivir que nos recuerdan el exilio por estos días son, hay que sacar las manzanas podridas del cajón, hay que sacar al niño del colegio, de la sala, hay que hacerle la ley del hielo hasta que se vaya, cuando se vaya ponle llave a la puerta, saldrás de mi vida, este local se reserva el derecho de admisión, no tiene permiso de ingreso, no hay visa para usted, no entrar, no se admiten animales, keep out, persona non grata, ándate de aquí y su consecuencia, la separación y tal vez el divorcio.

El inexilio
Hay un lugar en el que el exilio no existe y hay personas que no lo aplican y por lo tanto no hay exiliados ni menos retornados. Ese lugar es el infierno, de ahí a nadie lo expulsan.


Conclusión al final de las horas del viaje del pez exiliado

En el exilio, la vida de los peces se vuelve seca, árida, infértil por fuera, pero por dentro, navega a gusto, flota y se sumerge, recorre el infinito mar del universo.

Si algunos piensan que el exilio es un destierro, es mejor pensar en un desagüe del pez.

Dr. Juan Pablo Reyes Núñez
















Al final esta carta era el reflejo de la necesidad del viaje, del exilio, de la nostalgia.
Inevitable en una cultura grecojudía.

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